lunes, 15 de abril de 2013

Intervención pornorteña de «¿Quién me compra una naranja?» de José Gorostiza

¿Quién me compra un superdildo
para mi consolación?
Un superdildo bien duro
en forma de gran vergón.

Ricas tangas con los labios
¡ay de mí!
ricas tangas con la verga
y con los labios recogí.

Nadie me diera las suyas
para pujar.
El guango y dulce relleno
yo no lo puedo chispar.

Nadie pidiera mi verga
para beber.
Yo mismo no sé si pone
o si deja de poner.

Como se pierden las putas
¡ay de mí!
como se pierden las leandras
y las putas, me perdí.

Y pues nadie me lo pide,
ya no tengo gran vergón.
¿Quién me compra un superdildo
para mi consolación?

J.S.
Abril de 2013

domingo, 7 de abril de 2013

Intervención pornorteña del «Poema 20» de Neruda


Puedo escribir los versos más pinches esta noche.
Escribir, por ejemplo: «Mi verga está parada,
y se agitan, turgentes, tus chichis, a lo lejos.»

El viento de la noche gime en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más pinches esta noche.
Yo le puse, y a veces ella también me puso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
Me la eché tantas veces en el bar «Infinito». 

Ella me puso, a veces yo también le ponía.
Cómo no haber amado sus grandes pechos fijos.

Puedo escribir los versos más pinches esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he jodido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el pito cae al chocho como al pasto el rocío.

Qué importa que mi verga no pudiera aguadarla.
La noche está chingada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien mama. A lo lejos.
Mi cama no se contenta con haberla jodido.

Como para acercarla mi libido la busca.
Mi verga la busca, y ella no está conmigo.

La mesma noche que tambalea los mismos guayabos.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mesmos.

Ya no le pongo, es cierto, pero cuánto le puse.
Mi verga buscaba chance para regar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis mecos.
Su voz, su cuerpo claro. Su chocho infinito.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiera.
Es tan corto el amor, y es tan larga mi verga.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis piernas,
Mi cama no se contenta con haberla perdido.

Aunque ésta sea l’última puñeta que ella me causa,
y éstos sean los últimos mecos que yo le dedico.


J.S.