viernes, 16 de noviembre de 2012

La (¡pinche!) censura


Hay una pinche cosa que es la hija de la chingada censura (¡puta!)* y que está en todos lados como dios, como el diablo o como las enfermedades venéreas. Está ahí, mírala, a tu lado mamando de la chichi de la diosa moral (que es una loba, pero nadie lo ha notado) y está allá, en la caja idiotizante, en la propaganda internacional (internet) y hasta en las conversaciones de borrachos cualquier noche de peda (¡vergas!).
     Esa, la que se nota, es la censura lait. Es la que el ojo no entrenado (sin albur, putos), detecta sin problema y señala (y a veces condena, como si condenar importara, pendejos). Nadie la pela (otra vez sin albur, o no sé, póngase el saco si quiere, pinche lector maricón) porque ahí está, al alcance de la mano (a partir de aquí, cualquier cosa que pueda ser un albur, lo es) y es bien sabido que el primer paso para olvidar las cosas es tenerlas ahí encueradas a la vista.
     Hay otra censura, pinche lector maricón, que no se ve. ¿De dónde mama esa censura? ¿Quién la ha visto o la ha detectado siquiera? ¿A quién le agarra las nalgas? Nadie sabe y eso… eso sí que es preocupante (¡putas!).
     Esa es la verdadera censura, la que ni se detecta porque se omite por completo, porque ni siquiera es correcto señalar aquello a lo que se refiere, y en este campo entra el pornorteño (te reto, pinche lector joto, a que encuentres una referencia al pornorteño en internet, alabándolo o criticándolo, como prefieras, pero que lo mencione) al igual que entran muchas otras manifestaciones de la llamada contracultura (¡chichis!).
     Otro ejemplo que se me ocurre de esta censura absoluta es en el campo de la música, el grupo Marrano (del cual es probable que tú, pinche lector joto, sí hayas escuchado hablar, pero te reto, puto, te reto a que me cites tres canciones de ellos sin consultar el gugle jodido), que se dio a conocer en grupos más amplios de la población pero cuya obra sigue siendo tabú en todos los medios de difusión.
     Les dejo, pues, esta reflexión para que se les vaya quitando lo pendejo, y les dejo también una canción de Marrano para que vayan conociendo lo que es bueno (¡vergas!).


 *Este blog contiene más groserías innecesarias que cualquier otro (¡chingado!).
Noviembre 2012
J.S.

1 comentario:

Carlos Gilberto dijo...

¡Ea! Chuki...

Nomas para que veas que si leo lo que escribes y publicas.

1 La tragedia del travestí
2 El cura degenerado
3 El cara de ver...( No es autocensura así viene en el disco)