Puedo escribir
los versos más pinches esta noche.
Escribir, por ejemplo: «Mi verga está parada,
y se agitan, turgentes, tus chichis, a lo lejos.»
El viento de la noche gime en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más pinches esta noche.
Yo le puse, y a veces ella también me puso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
Me la eché tantas veces en el bar «Infinito».
Ella me puso, a veces yo también le ponía.
Cómo no haber amado sus grandes pechos fijos.
Puedo escribir los versos más pinches esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he jodido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el pito cae al chocho como al pasto el rocío.
Qué importa que mi verga no pudiera aguadarla.
La noche está chingada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien mama. A lo lejos.
Mi cama no se contenta con haberla jodido.
Como para acercarla mi libido la busca.
Mi verga la busca, y ella no está conmigo.
La mesma noche que tambalea los mismos guayabos.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mesmos.
Ya no le pongo, es cierto, pero cuánto le puse.
Mi verga buscaba chance para regar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis mecos.
Su voz, su cuerpo claro. Su chocho infinito.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiera.
Es tan corto el amor, y es tan larga mi verga.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis piernas,
Mi cama no se contenta con haberla perdido.
Aunque ésta sea l’última puñeta que ella me causa,
y éstos sean los últimos mecos que yo le dedico.
Escribir, por ejemplo: «Mi verga está parada,
y se agitan, turgentes, tus chichis, a lo lejos.»
El viento de la noche gime en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más pinches esta noche.
Yo le puse, y a veces ella también me puso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
Me la eché tantas veces en el bar «Infinito».
Ella me puso, a veces yo también le ponía.
Cómo no haber amado sus grandes pechos fijos.
Puedo escribir los versos más pinches esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he jodido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el pito cae al chocho como al pasto el rocío.
Qué importa que mi verga no pudiera aguadarla.
La noche está chingada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien mama. A lo lejos.
Mi cama no se contenta con haberla jodido.
Como para acercarla mi libido la busca.
Mi verga la busca, y ella no está conmigo.
La mesma noche que tambalea los mismos guayabos.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mesmos.
Ya no le pongo, es cierto, pero cuánto le puse.
Mi verga buscaba chance para regar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis mecos.
Su voz, su cuerpo claro. Su chocho infinito.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiera.
Es tan corto el amor, y es tan larga mi verga.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis piernas,
Mi cama no se contenta con haberla perdido.
Aunque ésta sea l’última puñeta que ella me causa,
y éstos sean los últimos mecos que yo le dedico.
J.S.
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