Cuando el joven
Manuel vio aquella construcción precaria con un anuncio descarapelado que decía “Café
Mary” y se detuvo en la orilla de la carretera, agotado y decidido a comprar un
café para combatir la somnolencia, nunca se imaginó que esa noche fría de
diciembre perdería su virginidad.
J.S.
Diciembre de 2012
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